domingo, 19 de mayo de 2013

FLEXIBLE



La vivienda actual proviene de un modelo de origen aristócrata consolidado gracias a la importancia de la gran burguesía en la sociedad del siglo XIX. Llegando incluso a definir indirectamente un estándar de familia “tipo” que habitualmente estaba formada por un matrimonio y un número de hijos que varía entre uno y tres.

Este tipo de familia dio lugar a una vivienda estrictamente jerarquizada y ordenada. Espacios definidos y dimensionados acorde con una función específica. En las grandes promociones de viviendas esta simplificación del programa era una facilidad a la hora de proyectar las viviendas con una o muy pocas variaciones entre ellas.

Actualmente el modelo ha cambiado totalmente, los perfiles de habitantes que buscan una vivienda son cada vez más dispares y con preferencias contrapuestas. El ambiente familiar se ha desarrollado, diversificado y fragmentado de nuevas formas y la arquitectura ha de responder a este hecho.

España es uno de los países europeos con mayor número de pisos en propiedad, un 83% frente a países como Alemania o Suiza que sitúan esta tasa entre el 40% y 50%. La inestabilidad laboral y económica no es compatible con una gran inversión inmobiliaria y mucho menos con un endeudamiento financiero. El modelo debe orientarse, como se ha hecho en Europa, hacia uno basado principalmente en el alquiler. La estacionalidad en una vivienda ya no es permanente y la vida útil de la misma puede albergar numerosos tipos de familia. En la sociedad actual hay muchos pretendientes jóvenes, estudiantes y con nuevas estructuras familiares que requieren este tipo de vivienda.

En la vivienda de segunda residencia aún habría incluso más predisposición al cambio y la flexibilidad. Los habitantes que viven durante un tiempo limitado en una casa debido a unas vacaciones tienen una actitud casi nómada, cambiante. Han asumido que han de adaptarse a una nueva vivienda, y durante este tiempo la vivienda puede cambiar todo lo que se desee. Además esta idea esta más vinculada al ocio, elemento esencial en los periodos vacacionales, como diría Georges Candilis en Arquitectura y Urbanismo del Turismo de Masas.

La flexibilidad ha estado presente en la arquitectura mucho antes de lo que creemos. En la cultura egipcia ya se utilizaban elementos de mobiliario plegable y movible. La cultura japonesa actual también tiene una tradición flexible modulada en este caso gracias al tatami que libera espacios de uso con varias funciones.
En la cultura actual encontramos numerosos ejemplos de flexibilidad que empiezan con la Planta Libre de Le Corbusier, y otras como la Casa Schöder de Gery Rietveld, y se acercan a los trabajos de Charles & Ray Eames, Jean Prouvé, Alison & Peter Smithons, y posteriormente se puede ver en las ideas de Shigeru Ban con su Casa Desnuda y de Rem Koolhaas entre otros.


Cuando hablamos de flexibilidad en la vivienda nos vienen a la mente una serie de palabras: 
Diversidad / Movilidad / Adaptabilidad / Variabilidad / Personalización / Adecuación / Transformación / Muntifuncionalidad. Todas estas ideas son compatibles con la necesidad de vivienda actual.

Las estrategias para conseguir una planta flexible vienen determinadas principalmente por ‘acciones’, la palabra en sí misma no es apta para perezosos pero es necesaria para este estilo de vida. Estas ‘acciones’ pueden ser por ejemplo: Montar/Desmontar, Adaptar, Plegar/Desplegar, Añadir, Ocultar, Mover, Transportar, Dividir/Combinar, etc. Además de otras que podemos encontrar en el libro Flexible Housing de Tatjana Schneider y Jeremy Till.
En el mismo libro hacen una diferenciación entre las viviendas que analizan según su ‘softness’ o ‘hardness’. Entendiendo como ‘soft’ un mayor grado de indeterminación y ‘hard’ elementos más específicos y determinados. Además podemos ver en la web de este trabajo de investigación una base de datos asada en esta clasificación. Flexible Housing Database

La transformación de los elementos en las plantas flexibles pueden clasificarse según su dureza pero sobre todo en función de su permanencia en la planta. Aquí podemos distinguir entre transformaciones diarias (vinculadas al uso esporádico), temporales (debido a una transformación funcional en un corto periodo de tiempo), estacional (vacacional o adaptándose a la climatización) y permanente.
Incluso se podría diferenciar entre transformación interna o externa según si se apropian o no de espacio colindante.


La sociedad actual ya se atreve a diseñar y el interior de sus viviendas buscando los muebles más apropiados para sus espacios. Gracias a esta Mentalidad IKEA las plantas flexibles y personalizables son cada vez más posibles.
Sobre todo si asumimos lo que dijo Federico Soriano en una de sus conferencias:
“¿Qué es una vivienda? Los muros, las puertas,… Vamos a borrar los muros y las puertas. La vivienda son los muebles.”

Un ejemplo atrevido de esta idea de flexibilidad es el proyecto Housing & City de Iñaki Ábalos y Juan Herreros en Barcelona. En el que un núcleo transformable central asume todos los usos basándose principalmente en artefactos tecnológicos móviles que ayudan a realizar determinadas funciones y se conectan a un suelo técnico.


Como expresa Peter Smithson en alguno de sus textos (Respuesta al exceso, Casa <<Todo en su Sitio>>: Algunas especulaciones resultantes de los dibujos axonométricos de las cosas almacenadas, Anexo a <<todo en su sitio>>), vivimos en una sociedad del exceso. Es necesario casi el 30 por ciento del volumen total de la vivienda para el almacenaje de los objetos que guardamos y acumulamos día a día. En la Casa Accesorio de los años cincuenta, continuación de la idea de la Casa del Futuro, se trataba de “recuperar en lo posible la casa como espacio utilizable” creando continuidad, en la Casa Todo en su Sitio la actitud es diferente, consiste en concentrar el almacenaje:
“el espacio habitable, está despejado; los muebles siguen siendo ellos mismos. Así, se dispone del máximo espacio para el drama humano; se tiene la sensación de estar protegido para poder actuar”.
El sueño de Campo Baeza, como expresa en su texto Tu casa, tu museo, tu mausoleo. Mi Casa, ni museo ni mausoleo y probablemente el de John Pawson quien no necesita nada más para vivir que lo que dibuja en sus plantas.

Para poder liberar el espacio interior hay que centralizar los espacios sirvientes, los espacios sin los cuales el espacio principal esta incompleto como diría Kahn. Aranguren & Gallegos siguiendo esta idea Kahniana llegan a compactar en una espina los servicios y almacenaje junto con parte del mobiliario. Otra posibilidad menos radical consiste en agrupar estos espacios lo máximo posible para liberar por completo el espacio que lo rodea y conquistarlo con muebles o divisiones según sea necesario. Esta idea la podemos ver por ejemplo en las plantas del edificio Nemausus de Jean Nouvel en Nimes o incluso podemos llegar a decir que está implícita en los Apartamentos Lake Shore Drive de Mies donde los muebles se distribuyen en el espacio indistintamente como podría pasar en cualquiera de las viviendas de este arquitecto.



Me imagino a los Eames disfrutando en su Case Study House nº8 al colocar los muebles y sus famosos pájaros como algo esencial y personal del proyecto. ¿Podemos añadir estas variables al proyecto? O aún más, como dice Federico Soriano:
“Nosotros hemos convertido como arquitectos la vivienda en las paredes pero realmente la vivienda son los muebles. ¿Podemos hacer una vivienda que sean los muebles y no las paredes?”

miércoles, 8 de mayo de 2013

UTOPIA




Las utopías han existido desde siempre, el ser humano dada su naturaleza tiene tendencia a imaginar o idear cómo será su entorno en un futuro aunque la mayoría de las veces lo crea irrealizable.
El término proviene del nombre que Tomás Moro dio a la isla de su libro De optimo reipublicae statu, deque nova insula Vtopiae (Del estado ideal de una república en la nueva isla de Utopía) publicado en 1516. En ella se presenta una sociedad con una política, cultura y economía que contrasta con la propia de la época de forma similar a lo que hizo Platón en los años 370 a.C. con su libro La República.


Giovanni Battista Piranesi a mediados del siglo XVIII ya publicaba sus estampas y grabados de Prisiones (Carceri d'Invenzione, 1745-1760) en los que podemos ver escenarios fantásticos y futuristas con innumerables escaleras y recorridos elevados que influirán en la percepción social relacionando estos elementos con la ficción, junto con la concepción de elevarse hasta el infinito de la Torre de Babel bíblica.

Con la Revolución Industrial y la Era de las Máquinas las personas empezaron a imaginarse un mundo rodeado de los nuevos artefactos que aparecían cada vez más optimizados. Esta fascinación por el avance de la ciencia fue la que llevó a escritores como Julio Verne y H. G. Wells a inspirarse en ella y transformar estas ideas en literatura. Aunque muchos otros ya imaginaban y relataban escenarios fantásticos en sus novelas se puede decir que ambos han sido los padres de la ciencia ficción como la conocemos hoy.
El término fue acuñado por Hugo Gernsback quien en la revista Amazing Stories en 1926 ya escribió con consciencia plena de lo que significaba la ciencia ficción: 
“Extravagante ficción hoy… realidad mañana”.

Arquitectónicamente, las utopías han sido un punto importante de la arquitectura moderna. Desde las imágenes de la arquitectura de contrastes del Constructivismo Ruso a La Cittá Nuova de Sant’Elia (1913-1914) que se basaba en el manifiesto futurista que aunaba velocidad, máquinas y gran escala. Ya se introducía una arquitectura temporal y transformable: 
“Las casas durarán menos que nosotros. Cada generación tendrá que fabricarse su propia ciudad. Esta constante renovación del ambiente arquitectónico contribuirá a la victoria del futurismo”.
Incluso los grandes maestros de la arquitectura se atrevían a augurar y presentar propuestas de futuro. Lo Corbusier con su Plan Obús, Frank Lloyd Wright con su Broadacre City, Hilberseimer con su Ciudad Vertical, etc.

Hugh Ferris y Harvey Wiley Corbett son otros arquitectos que en los años 20 dibujaron y predijeron como serían los skylines del futuro. Estos dibujos publicados en el libro The Metropolis of Tomorrow (1929) influenciaron toda una cultura popular que va desde la contemporánea película patrimonio de la humanidad Metrópolis de Fritz Lang a los escenarios de la ciudad de Gotham en los cómics de Batman.

En los años 50 aparece el Independent Group (IG) liderado por Alison & Peter Smithson en el que varios artistas aunaban ciencia ficción, Bellas Artes y cultura popular. Y más tarde aparecerían una serie de jóvenes grupos de vanguardia con ideas utópicas de la ciudad y su arquitectura:
Metabolistas (Japón) que proponían un urbanismo de cápsulas a gran escala, flexible y de crecimiento orgánico. Archigram (UK) con tres proyectos esenciales The Plug-In City (Peter Cook), The Walking City (Ron Herron) y The Instant City (Jhoana Mayer). El pintor Constant Nieuwenhuys (Amsterdam) que colabora con Aldo Van Eyck en la teoría del colorismo espacial además de aportar su propuesta de sociedad conocida como New Babylon. Además de otros como Ant Farm y EAT (EEUU); Archizoom, UFO y Superstudio (Italia); Coop Himmenblau, Haus-Rucker Co. y Missing Link (Austria); Utopie (Francia); etc.



Estas ideas dieron lugar a una serie de proyectos descomunales que John W. Cook y Heinrich Klotz definirían en Megaestructuras. Futuro urbano del pasado reciente (Reyner Banham) como: 
“una masa arquitectónica colosal, a superescala y de usos múltiples”. 
Como titula Nieves Fernández Villalobos en uno de los capítulos de su tesis Utopías Domésticas. La casa del futuro de Alison & Peter Smithson: DEL SUEÑO VERTICAL AL FUTURO HORIZONTAL.
La mayoría de las propuestas hasta le fecha tenían una gran componente vertical y no es hasta la llegada de Yona Friedman con La arquitectura móvil (1956) y Utopías realizables (1975) cuando el urbanismo espacial y móvil se formaliza a un hecho mas realista que influyó principalmente en Moshe Safdie, K. N. Kurokawa, Kenzo Tange, Arata Isozaki y Archigram. Incluso el Plan Obús de Le Corbusier y la sección tipo del Golden Lane de A&P Smithson se asemejan al bloc à l’enjambeé de Yona Friedman.
A raíz de esta contención de las propuestas en busca de una utopía más realizable surgen los Mat-buildings. Candilis, Josic & Woods lo pusieron en práctica en su Freie University. Los Smithsons fantasearon con llevar estas propuestas la ciudad en su proyecto para la ciudad de Kuwait y los mismos Candilis, Josic & Woods en el concurso para la reconstrucción del centro de Frankfurt.


Todas las propuestas utópicas han aportado algo importante a la arquitectura, tipos de relaciones, movilidad, transformación y flexibilidad, etc. Todos parten de unas premisas superiores con la intención de cambiar el mundo actual que junto con la influencia de la ciencia ficción, la era de la máquina y posteriormente la del  plástico da lugar a resultados que podemos relacionar más con modelos futuristas que actuales.
No obstante hay puntos en los que realidad y ficción se entrelazan. ¿Cómo si no es posible que algunos interiores de la Nakagin Capsule Tower de Kurokawa inspiraran a películas posteriores como El quinto Elemento o Moon? ¿Quién dice que las actuales ciudades de Chicago o Nueva York no son más impresionantes que los escenarios de Metrópolis?

La diferencia temporal entre las utopías tecnológicas y su materialización física esta siendo cada vez menor y los avances son sorprendentes.
Las pantallas actuales no tienen nada que envidiar a las que aparecen en Minority Report y dentro de poco hasta podremos probar los Google Glass y sentirnos como Robocop o Terminator.

Todo esto es posible porque alguien una vez propuso una utopía, probablemente sin mucha convicción de que fuera posible. A pesar de ello, otros se encargaron de investigar y encontrar la forma de mostrarlo a la sociedad y hacerlo posible. Se podría decir que las utopías han sido desde siempre el motor de avance y progresión de nuestro mundo.

Como dijeron Peter Cook y M. Weeb: 
“Realmente, no quiero predecir cómo será en detalle el mundo del futuro, ya que es imposible […] Con las imágenes solo quiero sugerir, como el pintor o el poeta, un mundo diferente”